Degeneración macular húmeda en tiempos de coronavirus

Según la Academia Americana de Oftalmología se define a la degeneración macular como la enfermedad ocular que afecta a la retina y específicamente la zona mas sensible de esta, la mácula, la zona de la retina con mayor concentración de células visuales especializadas, produciendo perdida de visión central en muchos casos severa. Conocida también como DMRE (degeneración macular relacionada a la edad) afecta a la población de mayor edad y seria excepcional tenerla antes de los 50 años. En la forma mas agresiva de la enfermedad, es decir la forma húmeda, esta condición se ha establecido claramente progresiva y necesita tratamiento en forma temprana. A día de hoy el tratamiento mas extendido de la DMRE consiste en una serie de inyecciones intraoculares de principios activos especiales conocidos como anti-vegfs (anti-factor de crecimiento vascular endotelial) y que según la mayoría de protocolos se inyectan dosis mensuales durante un periodo de 3 meses como el tratamiento efectivo mínimo requerido y con la posibilidad de extenderse mas allá de ese tiempo dependiendo de cada caso.

Los nuevos retos en los servicios de salud

La pandemia del coronavirus y las consecuentes medidas restrictivas a la libre movilidad de las personas tomadas pos los gobiernos del mundo han representado un shock para la generación normal de servicios como no habíamos conocido antes y los servicios de salud, aun mas como actores principales en este contexto, no están exentos de la negativa repercusión que esta conyuntura genera. El acuerdo entre oftalmólogos y en general entre los profesionales de la mayoría de las especialidades médicas ante la pandemia ha sido el tomar medidas preventivas drásticas que incluyen entre otras: la suspensión indefinida de todos los procedimientos no urgentes, llámense estos consultas medicas de rutina y cirugías programadas y atender solo aquellas consideradas como situaciones urgentes.

Que pasa con el tratamiento de la degeneración macular en pandemia ?

Y es aquí precisamente donde aparece la discusión, habiendo establecido a la DMRE como una condición progresiva, en la que los daños generados por el avance de la enfermedad en muchos casos serán irreversibles, se plantea las disyuntiva de mantener los esquemas mensuales de inyecciones intraoculares como procedimientos programados no urgentes y mas importante aun, como manejarla en esta especial época, deberíamos esperar a que el contexto de la cuarentena termine para poder retomar los tratamientos o debemos tener una actitud mas proactiva y manejarla como una urgencia oftalmológica con los riesgos inherentes que ello acarrea en el medio de la pandemia. Que pasará con aquellos pacientes que se encuentran el medio de sus esquemas de tratamientos, es correcto dejarlos a la libre evolución de la enfermedad sin tomar en cuenta la inversión previa que ya han realizado en sus tratamientos. Evidentemente no existe una respuesta fácil al respecto y cada caso debe ser individualizado según la fase de tratamiento en la que se encuentre, pero en el típico caso en mención, aquellos pacientes en los que mantener el esquema de tratamiento es indispensable la opinión mantenida en el común denominador de la comunidad científica oftalmológica es que si, so pena de evitar el deterioro visual irreversible de los pacientes, el riesgo versus el beneficio esta plenamente justificado y hay luz verde para considerar a la degeneración macular húmeda como una urgencia oftalmológica en medio de este difícil panorama.

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