
La oculoplastica, también conocida como cirugía plástica ocular, es la rama oftalmológica abocada a las estructuras perioculares de la cara, como párpados, órbita y lagrimal. Envuelve múltiples cirugías que forman parte del tratamiento de las afecciones que pueden padecer estas estructuras, como por ejemplo posiciones erróneas de los párpados generalmente asociados a cambios involutivos relacionados a la edad o trauma, cicatrices del párpado que merman de elasticidad en la piel que bordea los ojos, tumores que afectan la piel de los parpados, enfermedades que afectan la cavidad contenedora de los ojos llamadas orbitas como el la orbitopatía relacionada a enfermedades tiroideas, parálisis facial, ptosis o caída anormal de los parpados, entre otras. La mayoría de cirugías de este tipo se realizan bajo anestesia local en general con pocos riesgos.
La oculoplástica abarca muchos tratamientos, en los cuales, si bien el objetivo es optimizar el físico del paciente, el fin principal radica en conseguir la recuperación de la función del ojo y las estructuras que este posee anexas, para los casos en los que el funcionamiento de las mismas se alteró por una de las tantas enfermedades a las que se aboca esta rama de la oftalmología. Es este razonamiento el que debe dirigir la orientación del escogimiento del médico que con el que desea hacer tu tratamiento, es decir, si el objetivo de la cirugía es exclusivamente estético pues un cirujano plástico es una opción perfectamente valida, del otro lado ante una implicación de la función importante de los parpados un cirujano oftalmólogo sería la opción más razonable. Un cirujano oftalmólogo se ha estrenado por varios años para formar un concepto integral sobre la anatomía y funcionalidad del todo el aparato ocular por lo que este tipo de cirugías se realizan con una tasa de éxito bastante alta.